La Argentina está iniciando un camino de apertura de exportación de carne vacuna a muchos mercados de gran demanda, como China, EEUU, UE, Chile, etc.
2) Los procesos de engorde de los novillos, vaquillonas y vacas, sobretodo en feedlots, y a pasto con terminación a grano se han sofisticado fuertemente en los últimos años, desde el punto de vista nutricional y sanitario.
3) Pero el proceso inicial de la cría vacuna en promedio país, está estancado lamentablemente entre el 55 y 60% de ternero logrado por vientre existente en los campo, y como sabemos que muchos productores de punta están en el orden del 85%, es lógico pensar que muchos otros rodeos tiene porcentajes de preñez y destete muy bajos.
4) Esta situación debemos revertirla urgentemente con algunas medidas de bajo costo y otras que requieren mayor inversión:
Bajo Costo:
a) Ordenar los servicios a la época conveniente para cada zona, pero varía desde la primavera a principios de verano (3 meses)
b) Hacer Tacto rectal a todo el rodeo de vientres con servicio, y ser implacable con las que no quedan preñadas; engordarlas, y con cambio de categoría destino a venta.
c) Reposición con terneras /vaquillonas preseleccionadas de los rodeos y con tacto previo al servicio/inseminación para detectar defectos del aparato reproductivo y estado corporal adecuado.
d) Hacer y cumplir un Plan Sanitario anual a todos los toros, para eliminar enfermedades venéreas, y los que no estén en forma para el servicio, incorporado al plan sanitario general de todo el rodeo.
Con inversión:
a) Mejorar la situación nutricional del rodeo con la incorporación de pasturas y/o renovación de campos naturales con incorporación de gramíneas, leguminosas y fertilizante fosforado, de acuerdo a la aptitud de los suelos.
b) Hacer reservas de pasto diferido o mediante rollos o silo para trasferir el excedente de pasto de primavera a la época de invierno de escases de los mismos.
El estado nutricional de la hacienda es el inicio del mejoramiento total del negocio en cuanto a mejora de la sanidad y de los índices de preñez y procero.
Ing. Miguel Alfredo Figueroa