El agricultor argentino se caracteriza por ser muy eficiente y competitivo a nivel internacional, en lo que hace a las prácticas agrícolas, siembra directa, por ambientes, maquinarias y tractores en general muy renovadas, control de malezas, fertilizaciones, y las nuevas tecnologia Ag.tech cada vez generalizadas.
Esto se está demostrando en esta campaña 2018/19 donde el factor climático en general fue positivo, salvo algunos lugares puntuales de excesos de lluvias, pero los rendimientos en la cosecha fina reciente, y en el inicio de la trilla de girasol, maíz y soja, ha superado las mejores expectativas.
Pero en lo que respecta a la comercialización, hay un porcentaje alto de productores que entregan el grano a Cooperativas, exportadoras, o lo guardan en silobolsa en su campo con precio abierto a lo que suceda con su valor en el momento que decida vender para sus necesidades financieras.
Especialmente este año se vio marcadamente tanto en trigo, como en soja y en menor medida el maíz, como se derrumbaron los precios en el momento de la trilla, donde por ejemplo la soja que siempre estuvo en el orden de 250 a 235 dólares por tonelada Rosario mayo 2019, durante casi todo el ciclo del cultivo, hoy nos encontramos con los exportadores sin operar y una caída dramática del precio hasta llegar a 210 dolares/tn.
Esta pérdida se podría haber evitado por ejemplo comprando un PUT en el mercado que es ponerle un piso a su precio, que podría corresponder con el que se presupuesto el negocio el año anterior, o vender forward y comprar un CALL para tomar una eventual suba.
Estas pérdidas muy importantes van a erosionar una parte de los muy buenos o excelentes rindes obtenidos.
Es importante tener en cuenta que si uno guarda cereal sin vender esta jugando a que siempre va a subir, y esto prácticamente nunca sucede salvo raras excepciones, sobretodo lo que hay que vender en cosecha.
Es decir actuar de esta manera no es una “timba” o “especulación”, como muchos piensan, sino por el contrario es proteger la producción.