Posterior a las Elecciones PASO del 11 de agosto pasado, por razones de público conocimiento, el Gobierno se vio obligado a definir una serie de medidas de regulación del mercado de cambios, que produjo una parálisis casi total del mercado inmobiliario rural, por la imposibilidad de hacerse de los dólares necesarios para una determinada transacción de compra de una fracción rural, que aunque sea de una superficie menor, es un número importante de dólares.
Recién ahora se está tratando de destrabar para la compra de una primera vivienda que no supere los 153.000 dólares.
En la historia relativamente reciente de la economía argentina hemos vivido situaciones parecidas que llegaron a paralizar totalmente dichas operaciones como cuando se instaló el CEPO CAMBIARIO total del año 2011, mucho más fuerte que este, y desde allí en adelante, ya sea por esas disposiciones o por dudas sobre la seguridad jurídica para definir una inversión importante, es que el mercado inmobiliario rural está casi paralizado.
Hay una diferencia importante para comparar esta crisis con la del 2001, es que al final de la Convertibilidad muchos productores agropecuarios propietarios de campos estaban endeudados en dólares y los commodities agrícolas estaban por el piso, acordandonos que la soja valía 130 dolares/tn con el 1:1 de la misma, no pudiendo soportar esa situación provocando una baja importante de los valores de la hectárea, por recordar un ejemplo en zona núcleo una hectárea agrícola buena valía 6.000 dólares y llegó a bajar a la mitad.
Luego con el quiebre de la Convertibilidad y un comienzo de recomposición mundial de los granos, en donde la soja llegó a los 600 dólares en el 2008, no sólo volvieron a valores anteriores sino que no pararon de subir hasta llegar al pico máximo de valores rondando los 18.000 dólares/ha, justo antes del Cepo en el 2° mandato de Cristina Kirchner.
Hoy la situación es distinta, los granos volvieron a bajar estando la soja en 315 dólares/tn en Chicago y 235 aqui; el propietario que quiere vender no solo no está endeudado de la misma manera, sino que quedó en su memoria los valores máximos de ese momento y en la mayoría de los casos no acepta que esos valores ya no existen y deben situarse entre un 20 y 30% por debajo, y quizás peor en zonas marginales.
Por eso tampoco había muchas operaciones antes de agosto de este año.
Habrá que ver cómo se desarrolla la política en cuanto a quién será el próximo gobierno, y que medidas macro se tomarán para normalizar una situación por demás difícil.
Tampoco debemos olvidar que la tierra es un bien escaso en el mundo y en la Argentina, aunque tenemos una Ley de Tierras que frena la inversión extranjera y esperemos sea reconsiderada, se encuentran entre las de mejor calidad, menores costos de producción y altos rendimientos físicos.
Es un resguardo de capital, porque además de la renta por producción o por alquiler, hay un promedio ponderado de plusvalía en el tiempo de entre 4 y 5 % anual, de los últimos 50 años.
Termino mi análisis, diciendo que estas crisis han sido recurrentes en la Argentina, en algún momento se normalizaran, y lo que primero responde es el sector agropecuario y por ende el mercado inmobiliario rural.